sábado, 28 de enero de 2012

Vaya.


Me he oscurecido como cuando cierras un cajón, Se siente absurdo, vacío, aturde mi formación, capaz de destruirme, enfrascarme mientras tengo el mar extenso frente a mí. Se oscurecen mis valores, y te preguntas lo más horrible : ¿Quién soy? , no hay cosa más detestable, más dolorosa para mi alma que éstas palabras, son corrientes, asquerosas, infestadas de veneno, bestias de mil cabezas, son...Mi perdición. Si yo no tuviera el poder de arrancarlas en cuanto las localizo, de seguro estaría olvidada por todos, confinada a mi propia masacre.

Y sigo haciendo preguntas devastadoras, ¿me estoy convirtiendo en lo que todos quieren? con cada persona que trato, ¿me apego a su filosofía? ¿los aprehendo como se captura una imagen, una palabra, una cicatriz?...

Y cuando me refiero a oscurecerme, realmente hablo de lo profundo, el abismo, mi celda, el sendero que nadie quiere tomar, pero funciona automáticamente, simplemente, sabe cómo llegar a ti, cómo encaminarte a su lado, cómo causarte náuseas. Me siento incapaz, porque aún a pesar de ser esa actitud invencible, soy humana, a veces ni siquiera entiendo por qué lo soy. Cometes errores como todos, te hospedas en las entrañas de lo obvio, yo, que tanto me jacto de ser mente abierta, yo, que tanto sonrío ante las adversidades, yo, que tanto cuido mis virtudes y las de los demás, yo, la mente escritora, la mente aconsejable, el alma fuerte y sensible; ¿quién soy? ésa es mi tragedia, pero ¡yo sé quién soy! ¡vamos! lo acabo de decir; aunque me den dolores de estómago, mareos ante los diluvios de mis ojos, y regrese mis propias críticas y las trague con fuerza. De esa manera, me topo con esa oscuridad, me estanco en mis límites, ¡maldita sea! ¿será que ya no volví de aquél lugar en el espacio?, que, ¿ me cuesta vivir aquí?, vaya, será que nunca he sido buena aprendiendo, sino necia, será que mis defectos se apilan, y mi cabello de plata se olvida.

Y me doy cuenta poco a poco, soy descuidada, desordenada, mi virtud se convierte en negatividad, mis palabras a veces no saben destilar la cantidad exacta de sinceridad y pasión, de vez en cuando, amo tanto mi vida, amo tanto a las personas en ella, que me puedo convertir en lo que sea, con tal de verlas bien, y ahí es cuando fallo, mi alma es muy joven...Muy joven, para cargar con esa responsabilidad, mi pasión es vivir, porque la vida me permite experimentar, me permite malinterpretar para comprender, y así equivocarme puede llegar a tornarse emocionante, escribir es de los verbos más apasionados que existen, y ¿por qué no? la pasión de demostrar...

Me oscurezco, el cielo es gas , y no inspiración como debería, misterio como debería.

Reitero, amo mucho el mundo, amo mucho vivir, simplemente, amo, de ese amor que no te arrancas del alma, y me entristece sobremanera ver mi filosofía caer, ver mi personalidad quebrantarse a causa del cielo, a causa de mis arranques, enferma mi corazón, mi sistema digestivo. Deseo vomitar mis pensamientos, pero eso sí, no me toquen mis recuerdos, no me quiten mis momentos inolvidables...¡Mi infancia universo! ¡no me quites mi tesoro! Aunque sabes muy bien querido infinito, que mi amor te mantendrá al margen... Universo, no estaré sola, no lo estoy, nunca lo estaré, yo tengo apoyo en medio de tu infinidad, y te gobierna con la fuerza de voluntad y esa otra llamada compartir.

( Me sabes probar y cuidar, si ¡tú!, tú, bola de nieve, me sabes amar)

No hay comentarios:

Publicar un comentario