miércoles, 4 de marzo de 2015

Tuesday.

I do not get what´s with people, even though the grass is uncomfortable and there´s the possibility of being eaten by ants with no mercy, people seem to really enjoy a quick visit while they are having their lunch by themselves, or with friends. All in the grass. Some might say that is only nature, we are animals after all... others say that is because the world seems to stop whenever you sit on grass, while you are being protected by huge trees.  I myself hate the feeling in my butt every time I sit, is pure itching...but I´m still here, and I feel safe, I feel alright... 

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I could believe in a lot of things, in abstract perspectives or in fantastical endeavors, but the truth is that this morning I almost leave my body, maybe it was a dream, maybe it was a nightmare,  maybe I just wanted to adventure myself into another dimension, maybe I really hated my bed at that time of the morning, or maybe I just didn´t want to live anymore. I felt it, I felt it way too close.  I have never experienced that in my life, I just know that there was this lapse of time when I wanted to go so bad, I wanted to lose. Still I stayed, I stayed for the routine, I stayed because of nothing, just because. I don´t know which option is worse. 

martes, 3 de marzo de 2015

Février.

A excepción de dos cumpleaños y del Día de la Bandera, febrero es una perra y siempre lo será.

Febrero es una perra porque me traga cada que acontece, me traga porque no solamente es el único mes que puede cambiar de personalidad cada año, sino que se aprovecha de tal privilegio y juega con mi noción del tiempo, juega con mis afirmaciones y hasta con mis negaciones. Me aturde, me limita, me vomita encima. 

Febrero me espera y yo lo espero, sin duda.


Lo que nunca se platicó.

Matando, desviando, apresurando, verbos encasillados y derretidos...

"La verdad que no me llenas tanto y no puedo ni siquiera soltar una oración de fuego para ti... " palabras que trato de recordarle a esa chica pequeña, pero gigante a la vez que tiene la misma apariencia que yo y camina con miedo aunque no parezca. Pero fallo en mi misión, para ella todo es importante, todo colinda en terrenos perfectos y necesita amar hasta lo que no debería ser amado. Así que platico con ella y me cuenta que  no le importa que los pulmones se agranden y estén enjaulados, que no le importa que el corazón no sea como lo pintan y que honestamente su dolor lo siente en el brazo derecho...

"¿Por qué en el brazo derecho?" Pero no me contesta, es algo tan normal que ya le causa un tipo de curiosidad menos objetiva. Me siento y la veo al despertar, al hablar, al reír, la veo antes de dormir y a veces me lastima tanto que la veo hasta en pesadillas junto con todos sus recuerdos distorsionados, con sus preocupaciones, con sus felicidades pasajeras  y con uno que otro rostro que se le quedó grabado como tinta china alrededor de las paredes de la bóveda magistral de su cerebro. Me canso de soportarle tanto desastre cada noche, tanta caminata que ella da para "respirar", sin saber que en realidad  está absorbiendo el smog y que yo no puedo hacer nada para filtrarle la vida.

En invierno encontró su caída y la recibió con su cabello, no le insistí ni un día que lo cepillara, porque sabía que ella estaba dispuesta a cargar lo enredado de la estación, lo rugoso de la desesperación. Cambió... cambió y era espeluznante, era verla perderse mientras se levantaba sonriente por cosas equívocas. Era verla y dudar de ella, asustarme por lo que haría, nunca se sabía, nunca se sentía. 

"La verdad que no me llenas tanto y no puedo ni siquiera soltar una oración de fuego para ti" le restriego en sus oídos, le restriego esas palabras a su brazo derecho pero no, no puedo, ya es muy tarde para ella, se ha encariñado sin pensar, porque la excitación de lo que podía pasar nubló sus ideales, qué va, su curiosidad y hábitos de mala comedia la dominaron. ¿En qué terminó todo esto? En un brazo derecho temblando, en una corriente que salía por su dedo índice y no miraba a quien afectaba, terminó en una esperanza que ya había muerto al último; era como alimentar al viento con migajas, migajas de sucesos intermitentes, de sucesos exultantes brincando por más excelencia, cuando ya domaban lo sublime. Terminó en cariño nuevo, pero inhabitable. 

Ahora ella me restriega, "La verdad es que sí me llena y mis palabras de fuego son para él, un poco tarde, pero suyas al fin. Le quiero hacer saber que lo siento, que la diversión me saca de quicio y que pierdo oportunidades al por mayor... pero nunca consideré que él lo sería también, que extrañaría esos pequeños avistamientos a su verdadera personalidad y mucho menos que añoraría lo desafiante de compartir ideas con alguien tan diferente, tan volátil..." 

Sí, esa palabra existe y es una de mis favoritas... no lo olvides.