domingo, 27 de mayo de 2012

Antes y después de todo.

¿Alguna vez tomaron al "sufrimiento" como su arma más poderosa? Sacarle ventaja, explotarlo,  ¿y así lograr que no los dominara? Mi  nuevo personaje así lo hace, cada punzada a su corazón, cada retortijón de tripas cuando  algo duele hasta las entrañas, lo toma con una valentía sobrenatural, para así, poder crear reliquias que le durarán para toda la vida, y tener el testamento más bello que jamás haya existido, dejar a sus descendientes la valentía y los sufrimientos más hermosos, que ya plasmados en su reliquia, les sacarán lágrimas, pero de felicidad, todo está en la combinación de sentimientos compositores de nuevas oportunidades para todo aquel que toque sus reliquias.

Mi personaje es el alma...el alma encantada, nunca podrán leer un alma tan delicada, tan agresiva, como la de mi personaje, es el alma cataratas, los asesinatos color amarillo, las balas inmortales, una vez las dispara, seguirá disparando hasta que de la vuelta a todo el universo, hasta que hayan tocado a cada estrella, a cada galaxia, viajado a través de agujeros negros y confirmando las terceras dimensiones detrás de su profundidad terrorífica. El alma presente en todos, diálogo infinito sin voz. Perfección. 

Adora escuchar esas cuchilladas a su membrana rugosa, y aún así mi personaje nunca tomará un cuchillo, sólo para cortar las frutas que tanto le gustan. ¿Acaso no creen que llore cada vez que crea una reliquia? pues yo digo que sí, aunque sea mi creación, sigo desconociendo sus paraísos, amo a mi personaje. Tragedia, ésta nunca lo abandona, sé que es inmensamente feliz, pero la maravilla es que siempre le haya un espacio a la tragedia, increíble. Mi personaje no es ególatra, pero yo lo soy cuando hablo de el.

Pide a gritos esos piquetitos a sus ojos, que le causan unas lagrimillas turquesa, y una circulación de sangre llena de espejos,  la sensibilidad a flor de piel, ni un pájaro se posa en sus brazos buscando compañía, porque mi personaje se echaría a reír y a amar el mundo, ni la naturaleza le permite ser tan dulce, un dulce que busca amargura, y de alguna u otra manera sólo es más dulce.... ¿Qué dicen? se merece una novela ¿no? 

Sebastián.

Más... ¡más! Pido más! Quiero todo, todo lo que me perdí, deseo el tú,el ellos, ¡Más! completa tortura si no lo obtengo.- exclamó Sebastián. Sebastián era un perdido, un ido, nada más que un nómada color guinda, era de lo más aburrido, pero el quería TODO, quería conjugar todos los verbos y que formarán parte de su historia, atrapar la sintaxis más interesante y que narrara su vida, quería un narrador. Se sabía la historia de todas las personas que conocía, pero nadie le preguntaba la suya, nadie conocía a Sebastián y su deseo de tenerlo TODO. Sebastián se paseaba por los parques con lagos buscando su pintura perfecta, sentado en una banca pensando en las manera de poder tener la felicidad de las personas encajonada en su casa. Sus cajones con olor a soledad, uno que otro contenía escenarios inventados, pero siempre dominaba la soledad. En ciertas ocasiones, el nómada jugaba a aventar objetos y destruir su vivienda, de todos modos, al día siguiente tendría una nueva.-TODO o nada- alcanzó a articular Sebastián, su decisión fue obvia, el deseo triunfaría, así que eligió  a sus objetos voladores, sus cajones, su NADA.

martes, 22 de mayo de 2012

Ese sentimiento.

¡Ay con la tristeza! se cree la muy cabrona ¿verdad? , pues sí, es engreída, y cómo no serlo, si vive entre humanos. La tristeza nos ha hecho sufrir, sí, pero también, si no fuera por ella, las grandes inspiraciones no existirían, no existiríamos humanidad, simplemente no. La quieren evitar, pero saben que la aman, yo la amo, si de vez en vez me ayuda a estructurar el texto de mi vida, los textos de sus vidas. La tristeza es poderosa sin importar qué, a pesar de que la felicidad también me regale inspiración, la inspiración de la tristeza es perfecta. Aman la tristeza, les gusta la tragedia, a mí me gusta, a veces aman sentirse solos porque... ¿qué persona en su sano juicio no amaría momentos  a solas? dirán que muchas, y tal vez sí, pero dentro de sus situaciones destructibles, de alguna manera lo disfrutan. Les gusta citar palabras de tonalidades grises, y si viven felices, siempre les hace falta ese brazo, ese que les hace sentir el dolor, la mayoría son masoquistas de sentimientos, insisto, yo suelo serlo a veces, y me satisface, me satisface llorar con todo lo ilógico de mi alma. 

Por mientras, la tristeza sigue caminando en todas direcciones, y nosotros la seguimos, es nuestro flautista de Hamelín, ¿no? acéptenlo humanidad, acéptenlo, velan por ese sentimiento ardiendo en sus mentes, al menos eso arde, ya que su vida no tiene chispa alguna, y ahí es cuando entra la tristeza, vagabunda, atenta, ella siempre les prestará atención, siempre los hará sentir existentes y les recordará que están en el mundo de los muertos.

Trágica simplicidad.

Mátenme, mátenme... No me gusta lo que sé, no me gusta lo que recogí.
Alto total, lagunas de recuerdos, imágenes...¡Imágenes! maldición.
Me veo cadavérica caminando sobre agua, corriendo, corriendo. Se cae el núcleo, sí, el núcleo cae, y eso ya es exagerado pero acertado. 
Es que...¡Linda! Linda me tiene harta, guarda fotos de una felicidad que ya no existe, cree que lo bueno dura para siempre, pero no sabe que sus recuerdos pueden ser la completa destrucción de otras personas que tocarán lo que ella pisó, lo que ella fotografió, ¡Imágenes! me enferman. Mátenme...mátenme.

Otra noche ha pasado y nadie me ha matado aún, eso sólo da paso a una cosa: Linda. Cosa, cosa despreciable la que hace, la sonrisa que nunca se le va, la relación casi graciosa que logra mantener con las personas que arrastró, con las personas que la hicieron inmensamente feliz , y así quedó. Ella quería más y nada, pero no importa, tiene una puta fotografía de todo. No me gusta verle la colección, pero están a cada respiro que doy en esta casa llena de hastío, no importa, ya casi me matarán, lo huelo en su cabello.

Noche emocionante la que he vivido, con la satisfacción de que sucedería mi muerte, y así, no ver a Linda jamás, pero a como lo veo, no dudo que a la estúpida se le ocurra tomar fotos hasta en mi funeral. La mañana llegó, y sí, aún deambulo la cocina con esas fotos de ella en la fiesta en donde conoció a su primer amor. Me pongo a llorar mientras ella trata de reconfortarme con más fotos del patio trasero, sólo quiero que me maten de una vez por todas.

Y es que no me gusta, no me gusta, saber cada detalle de las historias detrás de sus fotos. ¡Linda! pronto me iré lejos, y desde allá, mandaré dibujos, sí, dibujos, y serán más reales que tus fotos, poseerán eso que me hizo falta toda mi vida, mis dibujos de mí para  ti, sufrirás por mi pérdida, pero yo sé que no los guardarás, nunca te ha gustado la creatividad, y estos  gritarán alboroto, y tus sonrisas se borrarán poco a poco, como cada persona en tus fotografías.

Camino sobre el agua rojiza, Linda me mira, y suelta su frase cargada de maldad, me aterroriza, penetra mis ojos y la deja salir..."Nunca controlarás mis recuerdos"...sí, sus recuerdos me atemorizan , no saber si piensa en su primer beso, en aquel viaje en bote con su mejor amiga de la infancia, en la cantidad de hombres que se acostaron con ella, o las veces que me hizo reír, aún cuando yo deseaba estar muerta. Me paro a un lado de mi ventana, me dejo caer hacia nuestras rejas color blanco, y sonrío, como si ya tuviera mi propia colección de fotografías.... Despierto. Linda dice que es feliz viviendo conmigo y sus hermosas y delicadas fotografías, me voltea a ver con un aire pícaro, como el que yo solía tener antes, y me pide permiso para tomarme una foto, sonrío como nunca, asiento con la cabeza, mientras complacida grito en mi mente, "¡Sabía que llegaría el momento! ¡Mátame Linda!" ¿El asesino? la nueva polaroid que había conseguido.

jueves, 10 de mayo de 2012

Dulce manía.

Porque a pesar de todo soy una chica que sigue pensando en las probabilidades de destrozo, y aún así, soy una chica que se deja llevar y continúa escribiendo, gritando,  esas palabras de dulzura extrema . Simplemente, soy tantas chicas.