martes, 3 de marzo de 2015

Février.

A excepción de dos cumpleaños y del Día de la Bandera, febrero es una perra y siempre lo será.

Febrero es una perra porque me traga cada que acontece, me traga porque no solamente es el único mes que puede cambiar de personalidad cada año, sino que se aprovecha de tal privilegio y juega con mi noción del tiempo, juega con mis afirmaciones y hasta con mis negaciones. Me aturde, me limita, me vomita encima. 

Febrero me espera y yo lo espero, sin duda.


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