jueves, 6 de septiembre de 2012

Carta llena de gris.

Así que esta mañana me he despertado con dolor en mis huesos,  y un tumulto de gente gritándome desde adentro, también con una explosión, que me ha llenado de insensibilidad. 

Hola Santiago, me está yendo bastante bien desde tu visita, espero te encuentres muy bien. Hoy he decidido mandarte una carta, pero no cualquiera, en ella encontrarás esos sentimientos que aún estoy terminando de enterrar, lo que has leído al inicio de esta carta es el comienzo de lo único que escribí mientras me encontraba completamente perdida. No temas, me alegra el saber que la leerás y que no me juzgarás, pero sé que  alguien tiene que leerme el corazón, no importa en el estado en el que esté, y estoy segura de que tú eres esa persona.

... Y de esa manera espero continuar, con ese sabor amargo que ha tragado a mi alma débil, me he estado comiendo los postres quemados,  mis palabras que piden ayuda,  pero en mi estómago están mejor, no necesito escupirlas. Para la vida soy una mancha, y yo en ella me reflejo como...Simplemente no me reflejo.

No sé de dónde recogí este ir y venir, más nunca quedarse...Sólo sé que si pudiera elegir entre blanco y negro, escogería gris, que mi sabor se ha esfumado, que mis amigos me abandonaron, por que los sabotée, les fingí mi alegría y se dieron cuenta demasiado temprano. Me digo a mi misma que debo entender que tengo todo, pero ese todo ya no es algo, sino yo perdida, yo sin sentido. Yo con esta desigualdad, con esta malaventura. 

De ahora en adelante, ya no avanzaré, aunque se lea estúpido, simplemente, algo me ha acogido en sus brazos como si fuera su juguete favorito, mi familia dice que es porque soy adolescente, yo digo que es porque me he envenenado, porque me he cubierto con los escudos más baratos del mercado, porque de repente suceden las cosas, porque ya no me hablará. Su voz ya no escucharé. Efecto embudo, drenando mi felicidad y virtiéndola en un pozo de petróleo. Así que decido que mi existencia no es más, y que yo me he convertido en un vegetal. Sólo pido algo para escapar... voz, libertad. Me he estancado terriblemente, no me dejo continuar. Caminante no hay camino. Lo peor es que ni ando, ni estoy creando caminos.

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