martes, 21 de febrero de 2012

Rojo.


Mis uñas son rojas, rojo...
Hay algo que siento por ese color que aún no entiendo,
A veces me hace feliz, otras es de lo peor que pueda mirar.
Rojo, uno de mis favoritos y no tanto, veo en ese color los corazones de miles de personas,
Un charco de sangre lleno de dulces, veo una mirada segura, análisis seguro.
Diría que el rojo dice todo lo que yo no soy capaz de decir acerca de mí, diría que es peligroso,
Diría que es tentador.

¡Por qué no pintar mi vida de rojo! dicen que es el color de la pasión, aunque yo pinto a la pasión de un índigo espectacular, no dejo de pensar que el rojo también sería un buen acompañante.
Me preocupa el rojo, me da miedo también, ¿qué acaso no es ése, el color de las guerras?
¡Ay el rojo! tan sutil (rían al unísono) ¡tan escandaloso! me transmite carcajadas también.

Mi dormir suele ser rojo, el rojo es tan insolente como mis sueños...Y lo odio, ¿qué hay de maravilloso y sensual en unos labios rojos? acaso, ¿el melocotón y el rosa no lo son? al parecer no, son ciegos como para notar algo que no grite. Sólo alaban el rojo porque la historia se los ha enseñado. Sí, suelo odiarlo, y hasta envidiarlo, "el rojo majestuoso, no todos lo pueden usar", dicen.

Rojo, un color, mi amor y desprecio van de la mano en cuanto a rojo se refiere, no lo entiendo, terminaré diciendo que yo no lo uso, el color mismo lo hace, y sólo cuando se le da la gana.



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