sábado, 5 de noviembre de 2011

Para no volver.

Un día lluvioso, un día..


Qué noche la de antier...qué noche!


con estragos causados a mi delicada alma,

estragos, los cuales, dudo que sean graves.


Ante mi joven inexperiencia, he presenciado, he comprendido

que los sueños de mi pasado, se alejan ante tanto cambio, grandioso cambio.


Los sueños olvidados de vez en cuando, la historia entre mis recuerdos,

transformándose con ansiedad, añorando lo que alguna vez, no logré obtener.


El esfuerzo sobrehumano, las locuras que cometí, sirvieron y no sirvieron,

pero más importante, sirvieron para mí.


Aquella noche lluviosa en la cual destrozaba, en la cual jugaba, el todo por el todo,

deseando que esa simple acción, desatara el huracán de emociones.


Al parecer sólo desaté mis incongruencias, desaté la verdad,

y la noche lluviosa cesó...


Ahora siento, ahora invento, ahora creo, creo la razón por la cual,

acepto mi convicción, mi visión.


Esa noche lluviosa no tiene que ser recordada, pero si lo será, que sea en letras,

en letras vacilantes, ahora eso es solamente, vacilante recuerdo.


me encuentro en estado tornado, no intenten detenerme, ni tomarme fotos en mi recorrido,

Por ahí dicen que los techos vuelan, los carros crujen, en el centro de mi corazón.

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