Más... ¡más! Pido más! Quiero todo, todo lo que me perdí, deseo el tú,el ellos, ¡Más! completa tortura si no lo obtengo.- exclamó Sebastián. Sebastián era un perdido, un ido, nada más que un nómada color guinda, era de lo más aburrido, pero el quería TODO, quería conjugar todos los verbos y que formarán parte de su historia, atrapar la sintaxis más interesante y que narrara su vida, quería un narrador. Se sabía la historia de todas las personas que conocía, pero nadie le preguntaba la suya, nadie conocía a Sebastián y su deseo de tenerlo TODO. Sebastián se paseaba por los parques con lagos buscando su pintura perfecta, sentado en una banca pensando en las manera de poder tener la felicidad de las personas encajonada en su casa. Sus cajones con olor a soledad, uno que otro contenía escenarios inventados, pero siempre dominaba la soledad. En ciertas ocasiones, el nómada jugaba a aventar objetos y destruir su vivienda, de todos modos, al día siguiente tendría una nueva.-TODO o nada- alcanzó a articular Sebastián, su decisión fue obvia, el deseo triunfaría, así que eligió a sus objetos voladores, sus cajones, su NADA.
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